Tuesday, January 04, 2011

Mis pequeños grandes sueños

Queridos Reyes Magos, ya han pasado más de doce años desde la última vez que os escribí; en aquella ocasión os pedí un scalextric, la granja de playmobile y una colección de soldados. Todavía era un niño ilusionado que creía en vosotros, que en vuestra noche se metía muy prontito en la cama y dormía inquietamente esperando con ansia la llegada de la mañana. Al amanecer, con los ojos bañados en legañas, corría al salón, buscaba entre los bajos de mi pequeño árbol de Navidad y encontraba todo lo que había pedido. Y entonces os decía: "Gracias por cumplir mis pequeños sueños" . Gracias, queridos Reyes Magos. Gracias.

Pero aquella fue la última vez que os escribí. No os preocupéis, sigo aquí, sigo siendo el mismo de antes, sigo lleno de la niñez y de la inocencia que inundó mi primera década de vida. Durante todos estos años no supe que pediros, creí tenerlo todo. Pero no.... Hoy me di cuenta de que no lo tengo todo; es más, me di cuenta de que no tengo nada, de que no tengo ilusión. Y pensé en vosotros. Cierto, ¿qué mejor destino para mis demandas que Vuestras Majestades de Oriente? Pero descuidad, no voy a pediros un nuevo coche para mi scalextric; tampoco una nueva colección de soldados ni una bicicleta.

Hoy quiero pediros que arranquéis las penas enraizadas en mí; que devolvías el color a este desteñido payaso que un día sustituyó sonrisas por lágrimas sin saber muy bien por qué; que llenéis mis ojos de la nívea luz que iluminó mi camino, aquél por el que avancé con paso firme; que me trasladéis a una vida en movimiento que rompa el estatismo de la actual; que me hagáis olvidarlo todo y que nada más me haga llorar.

Hoy quiero pediros que cumpláis aquello que deseé pasados unos minutos del nuevo año; aquello que, aunque fugaz como una estrella de verano, me hizo feliz.

Hoy quiero pedidos un futuro, un futuro con un con en el que no quepa un sin. Un futuro que no sea frío y lejano como la decepción sino cálido y cercano como el abrazo que aquella noche le di. Un futuro para mí. Un futuro para él. Un futuro para nosotros.

Os prometo que me acostaré con ilusión renovada; que dormiré pronto aunque mal; que, al amanecer, volveré a despertarme entre kilos de legañas y correré hacia el salón; que buscaré entre los bajos de mi gran árbol de Navidad; y que todo lo que pedí lo encontraré. Y entonces os dire: "Gracias por cumplir mis pequeños grandes sueños".
 
Gracias, queridos Reyes Magos. Gracias