El 28, además de una de esas preciosas canciones del primer disco de la Oreja de Van Gogh, es un número importante en mi vida. El 28 marca un antes y un después. Marca el fin de un período en el que todo era nublado y el inicio de mi resurgimiento. Esta imagen que he adjuntado al texto representa perfectamente ese día. Nubes cubren el cielo, pero...la luz, con sus mil rayos coloreados, va atravesando esa tela compacta, destruyéndola en mil pedazos como si nunca hubiera existido. Y esa luz...sin duda tiene nombre, tu nombre.
Antes de ti no había nada. Yo era simplemente un "nómada" del siglo XXI, un chico que simplemente buscaba encontrar algo que diera sentido a su vida cuando todo se había acabado. Y tú sin ninguna duda lo has inundado todo con tu amor, con ese cariño tan especial que me das. Me devolviste de nuevo la sonrisa al rostro y espero que jamás vuelva a perderse. Simplemente por haberme sacado de un pozo oscuro y profundo, te estaré agradecido toda mi vida.
Gracias por quererme como lo haces y por seguir ahí a pesar de todo. Nunca te arrepentirás de esto. Te quiero peque.
No comments:
Post a Comment